No hablo de saltar, sabiendo que bajo tus pies hay un precipicio.
Si lo supiera yo no saltaría ¿y tú?
Hablo de esa sensación que tienes cuando sientes que el paso (VIAJAR) está claro pero… estas cagada.
Porque hay cosas que te chirrían y no dejas de preguntarte.
¿El grupo no es demasiado grande? ¿Me dará tiempo a ver todo lo que quiero? ¿No tendré que correr de verdad para al final no ver nada? ¿Ni será haz la foto y ya? ¿Ni ir donde todo el mundo que no me pueda ni mover?
Mil y una preguntas se agolpan en tu cabeza, te aturullan y dejas de buscar, y dejas de mirar, y tiras la toalla o estás a nada de hacerlo.
¿Hay otra forma de viajar que yo todavía desconozco en la que pueda viajar como yo quiero?
Y la respuesta a ello es SÍ (la respuesta debajo):
dime el viaje que no esté inventado y te diré que ya lo está
¿O algo así es no? – el refrán – no soy mucho de refranes y entre los del rumano y los del español ya me pierdo.
Los viajes que creo, que diseño y que organizo, primero están hechos con mucho mimo y cariño para que más que un viaje sea una experiencia.
Los viajes tienen como eje principal “A TI” a ti mujer que me está leyendo ahora mismo estés donde esté leyendo esto. Tú eres la protagonista de la peli. (WOW -nivel top no?)
Están planeados para que las mujeres que recorramos juntas este camino a lo largo de la historia del viaje, lo hagamos sintiéndonos a gusto, como en casa, como amigas que se reencuentran tras mucho tiempo y tienen mil cosas que contarse y lo hacen mientras recorren un nuevo país que todas deseaban visitar.
Viajes en los que vamos a ser pocas para que se cree esa sensación de, yo lo llamo “tribu” y en el que todas nos apoyamos, nos ayudamos a superar los retos que nos depara el viaje.
Viajes en los que visitamos el país alejándonos de lo puramente turístico, donde prima sumergirse en la cultura local, con sus gentes, compartir, que nos cuenten historias, que nos hablen de cómo ven la vida…
Viajes en los que decides que camino tomar ante varias oportunidades, disfrutar, te diviertes y te abres a la emoción de lo espontáneo y de lo inesperado.
Y todo controlando tu presupuesto.
Y todo de una forma respetuosa con tu entorno, los animales y el país que visitas, aportando tu granito de arena.
Ahora un poquito más sobre mí, porque de esto va esta página realmente o ¿quizás no?
Si me tuviera que describir en pocas palabras lo primero que me sale es: introvertida, divertida, viajera, amante de los animales…
Nací en Rumania, soy de capital, Bucarest y a los 5 años mi familia y yo emigramos a España.
Española de adopción y Rumana de nacimiento en definitiva.
Y he vivido en muchos sitios de España, he rulado de aquí para allá. La infancia en Soria, la carrera en Alcalá de Henares, ahora por el Pirineo…
El desarraigo de una tierra que no vi venir y que me hace querer volver.
Pero mi vida no se paró por eso, y aun siendo una niña tímida, mi corazón y mi alma creo que de bien chica sabían lo que querían.
Padres muy viajeros aún a día de hoy y yo orgullosa de ello, que me enseñaran el valor de los viajes, que me lo inculcaran, porque fue una semilla que sin darme cuenta fue creciendo en mí brotando una viajera apasionada.
Todo eso está muy bien y podría decirte que luego cogí mi mochila y me lancé gracias a ese impulso a recorrer mundo, que viajaba cuanto quería.
Lo cierto es que mi forma de ser me dejó congelada, cual imagen colgada en una pared, anclada sin dejarme salir a hacer lo que más anhelaba, VIAJAR, CONOCER MUNDO.
De hecho mi profesión soñada de niña era la de ser reportera fotográfica en el National Geographic (cosa que no descarto eh?)
Acabé por ser farmacéutica trabajando en diferentes ámbitos.
Todo cambió con un viaje y una cámara.
MIS SALVA-VIDAS.
Ambas cambiaron la forma de verme, ver el mundo y sobre todo ver los viajes.
Y tras abrir la veda viajera gracias a la foto en un viaje a Tailandia que me cambió para siempre, la aventura continua.
Viajar con una cámara a cuestas te hace pararte a mirar todo más tiempo, a saborear lugares, momentos, a disfrutar…
Y te hace plantearte otra forma de viajar.
Más lenta o lo que hoy es “slow” porque en inglés queda más chulo no?
Una en la que puedas compartirla sin sentirte que tienes que encajar, o que vayas con el miedo a no gustar, una en la que lo de menos sea tu vestimenta o tu corte de pelo.
Una en la que lo importante seas tú, que haya afinidad, que se forme comunidad.
Una en la que te gusta sentirte segura, confiada, pero que no quieres todo mascado, que también quieres aventura, ponerte a prueba o que “pasen cosas”.
Una en la que compartirlo con personas afines.
Una en la que aprendas, disfrutes y crezcas como persona
Una en la que la fotografía tiene su papel, para contar el viaje, para tener el recuerdo, para expresar lo que vives, para inmortalizar lo que sientes, para capturar la historia vivida y para darte una voz que cuente tu historia del viaje.
Quería desarrollar una nueva forma en la que las mujeres pudieran viajar, sentirse parte de algo y que la vivencia juntas les permitiera atreverse a todo aquello que llevaban dentro y que por mucho tiempo dejaron de lado.
Va más allá del atreverse a viajar, va de hacerlo para disfrutar, compartir, conocer lugares y personas y encontrar con quien hacerlo de aquí a mucho tiempo.
Va de que el viaje nos permita sacar todo el potencial que llevamos dentro todas y cada una de nosotras.
De hacerlo con el apoyo de una tribu viajera, en la que es “todas a una”. Así todo reto sabe más fácil, así cada una ve de lo que es capaz, y quizás no creía posible.
Sensaciones, emociones, risas, quizás algunos llantos compartidos, nuevos sabores, nuevos olores, nuevo todo…
Vivirlas todas y juntas.
Todas van moldeando nuestras nuevas gafas de sentir el mundo, quizás de una forma en la que antes no percibimos gracias a todo lo que hemos vivido.
Viaje se queda corto.
Eso es una E – X – P – E – R – I – E – N – C – I – A en palabras mayúsculas.
¿Puedes imaginar todo esto? ¿Viviendo todo esto, sintiéndolo en tu propia piel haciéndolo de esta forma?
Se me pone la piel de gallina de la emoción.
“Como con mil temores en la cabeza en ese año 2017 la cabeza me frenaba, mi pareja de entonces también, mi entorno también….
Y como la única voz a la que yo podía escuchar era aquella que venía del fondo de mi alma que me gritaba alto y fuerte…
Cagada, acojonada, temblando dije SÍ.
Y lo que mientras organizaba maleta fue un no encajarás ya verás, te criticarán…
En el aeropuerto fue desapareciendo.
Y al llegar a destino nada de nada.
¿Tan rápido?
Sí, porque al empezar a compartir y darme cuenta que a todos nos unía algo en común, LA FOTOGRAFÍA, dejé de escuchar a esas voces saboteadoras y criticonas y me centré en qué, pues en disfrutar al máximo de la experiencia.
Descubrí un país, el de las sonrisas, de rica y deliciosa gastronomía, vibrantes colores, historia y tradiciones, vivi cosas nuevas por primera vez con los ojos de una niña.
Me levanté sin haber dormido a ver un amanecer y fotografiarlo, la foto de aquel día a parte de cara de cansancio denota estar exultante.
Cuando la noche anterior no tenías quien te llevara de la estación de tren al alojamiento, ir apiñados no sintiendo partes de nuestro cuerpo en una pick up con las maletas en el techo atadas con la sensación de salir volando y que toda la ropa quedaría desparramada por el suelo nocturno… y que solo tuvieras los platos picantes del seven eleven para cenar, y las consiguientes risas.
Compartir cuarto con un compi que roncaba y saber que no me importaba porque me emocionaba lo del día siguiente….
Resultó ser una de las experiencias más transformadoras de mi vida.
Cambió la forma en la que veía el mundo, los viajes y a mi, yo cambié.
Algo dentro de mí empezaba a entender que había otra forma de vivir que no tras un mostrador de farmacia.
Años después se fraguó en mi el querer compartir una nueva forma de viajar, que había explorado y había encontrado, y ver como con todo lo aprendido a lo largo de los viajes iba tomando forma.
Y de guisar a fuego lento: viajar lento, fotografía, con solo mujeres y poder compartir con ellas mi tierra, para que juntas la conozcamos y recorramos los lugares que pisó Drácula y muchos más.
Viajes slow emotion para viajeras sin límites a Rumania
Experiencias en grupo reducido para mujeres que marcan el ritmo del viaje para que te sientas parte de una tribu, disfrutes, decidas, aprendas y lo plasmes todo en forma de imágenes que cuentan tu historia del viaje.
Viajes por libre a tu imagen y semejanza a Rumania
Experiencias para viajar a tu aire, para disfrutar, según tus gustos, te lo llevas todo organizado de la mano de una local para que solamente sea llegar y ponerte a disfrutar de la experiencia. Lo que quieres vivir con tu viaje convertido en el viaje que quieres vivir
.
Una de las formas más sencillas es viendo cómo de la mano de alguien local, como si fuera contigo pero sin estar, puedes conocer un lugar a tu ritmo sin agobios, prisas ni nada por el estilo, hacerlo por libre.
Lugares que quizás pocos llegan y muy pocos se aventuran
¿Y tú?